14.9.18

Cuando la venganza aburre

Me leí "El diablo viste de Prada" cuando me mudé a Barcelona. En esa época me dió por leer bastante chick lit, quizás para creerme eso de "chica normalita lucha por sus sueños y los consigue".

Lauren Weisberger es la autora de este libro, así como de otros tantos de temática similar. Todos muy entretenidos y que recomiendo a las seguidoras del género. Incluso también a las que no lo son. Mi favorito, "Cómo ser lo más de Nueva York". Una historia simpática sobre una veinteañera que cambia su vida para lograr lo que quiere y, cuando lo logra, no sabe si realmente era eso lo que quería.

Cuando salió la segunda parte del libro del diablo, mis expectativas eran altas. Justo por eso tardé mucho en leerlo, porque sospeché que sería un chisquín forzado. Y me equivoqué poco.

La historia cuenta la vida de Andrea diez años después de trabajar en Runway. Ha montado una revista con una vieja conocida, se va a casar y todo va como la seda... en principio.

La cosa se complica con la aparición casual de Miranda, la sombra de una posible infidelidad, las discrepancias con su socia y alguna que otra sorpresa.

Cuando vas por la mitad, ya sabes cómo acabará el libro. Hay poco margen para la sorpresa. Una historia de 430 páginas que se podía haber resuelto en 150.

Andrea ha perdido su chispa, ese punto irónico que nos encandiló al principio. Ahora es un poco pesada y se pasa el día dudando, temiendo y dramatizando, incluso siendo más sumisa que cuando estaba trabajando para Miranda.

Me gusta la idea de saber qué hizo después de Runway, pero no me ha resultado creíble nada de eso. Hasta las 5 últimas páginas, que sí que volvió nuestra Andy, pero no lo suficiente como para compensar toooodo lo anterior.

Un libro redactado para las fans de la historia pero que dudo que haya gustado en general a dichas fans.

En fin. Que vivan los sandwiches de queso con queso que cenaba Andy en el primer libro XD

(Imagen)

10.9.18

¿Me escuchan? ¿Me oyen?

¿Me sienten?

¿Están ahí, mis vidas, están ahí?


La verdad es que en mi época adolescente y universitaria me gustaba bastante Thalía. Juventud, discotecas y canciones como "Arrasando" o "Mujer latina" eran un combo fabuloso.

Cuando el otro día ví el vídeo de su directo me hizo mucha gracia, es una mujer muy simpática. Después con los memes, challenges y demás, ya me moría de risa (sí, hija, soy facilona).

Lo que no me hizo tanta gracia fue la cantinela de siempre de los "cuñados" del mundo. Que si es boba, que si es conocida por tener un marido rico, que si solo es una chica mona y ya...

Qué fácil es opinar sin mirar un poquito sobre lo que estás hablando. Esta cantante lleva trabajando desde los '80 y publicando discos desde 1990, todos ellos discos de oro/platino en México y/o Estados Unidos. Ha protagonizado telenovelas, lanzado colecciones de moda y accesorios, hecho chorrocientas campañas de publicidad para grandes marcas y apoyado otras tantas acciones humanitarias. Y sí, tiene un marido rico. ¿En serio nos quedamos solo con lo último? Qué lástima.

En un alarde magnífico de sentido del humor, se ha sumado al movimiento viral de su Thalia Challenge y ha publicado un remix de su canción en su canal de Youtube.


Cómo me gusta la gente con sentido del humor.

En fin. Que viva la gente que está "felís, felíss felíss".


(Imagen)

7.9.18

Canas

Las canas molan cuando eres hombre y actor, porque te da aspecto de madurito sexy en las películas donde conquistas a una pobre y joven damisela. Pero parece que cuando eres una treinteañera del montón, son el demonio.


Que sí, que a mí también me gusta el puntito interesante del pelito blanco del tupé de Patrick Dempsey (y más aún me encanta el de mi chachi marido). El tema es que no entiendo que cuando es Penélope Cruz la que va con el flequillo canoso por la calle, en vez de resultarnos interesante, nos resulta descuidada.

Mi dilema es hasta qué punto es cierto que decidir dejarse canas es una opción de persona descuidada o simplemente un gusto personal. En mi caso, sospecho que ambas cosas. Tengo un mechón de canas justo donde me hago la raya al lado. Podría cambiar de lado, pero no me queda un remolino mono, así que no. Y lo de teñirme tampoco lo veo claro, en gran parte porque llevo mal tener "obligaciones periódicas". Es decir, me agobia saber que tengo que estar toda mi vida yendo a la peluquería o tiñéndome en casa cada 3 semanas.


Comentándolo con amigas, soy la única de mi entorno de cana libre. De ahí las dudas. ¿Será cierto que parezco descuidada? ¿Me dará aspecto de puerca? ¿Pareceré peor profesional?

Aunque, si os digo la verdad, después se me pasa y sigo convencida de mi decisión. Me gusta como me quedan y el rollo que me da mis canitas. Además, siempre puedo cambiar de opinión, total, tiene fácil solución, ¿verdad? Y por lo demás, si alguien me juzga personal o profesionalmente por mi pelo, pues mira, hastaluegolucas.

Anda, cuéntame si eres del #teamtinte o del #pormiscanasmato.

En fin. Que vivan los remolinos bien colocados.

(Imágenes 1, 2 y 3)

3.9.18

Jardines sonoros

Cad año me hago listas de canciones en Spotify con las canciones que me van gustando en ese momento o que me recuerdan a algo.

Este 2018 la lista está siendo larguita, estoy muy musical, fíjate. Y bastante diversa, hasta música de 5 idiomas he contado que tengo.

Como curiosidad, dos de mis canciones favoritísimas de este año tienen el mismo nombre. Os cuento.

Por una parte, tengo O Jardim, una canción interpretada por Cláudia Pascoal, de una autora portuguesa que descubrí hace poco llamada Isaura (compositora, cantante y bióloga, por cierto). No es la canción más animada y divertida de la historia de la música, no os engaño, pero es preciosa. Siempre me hace sonreir.



Y el otro jardín es de un grupo español llamado Delaporte. Fue la sintonía del programa Fama y no sé el motivo, pero me da muy buen rollo. Os dejo el vídeo de una coreo muy chula que prepararon en el programa.


En fin. Que vivan los jardines (y si tienen palmeras, mejor!).
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Blogging tips