24.10.19

De sobremesas y leche merengada

Hace tiempo recordaba por aquí a Pepita, mi abuela materna y estos días no paro de pensar en mi otra abuela, en Antonia.

Falleció demasiado joven y, aunque me pilló grandecita, siempre he pensado que me ha faltado mucho que hablar con ella. O, mejor aún, mucho que escucharla.

Era una persona muy cariñosa, volcada en su familia, buena persona y estupenda anfitriona. En casa de mi abuela constantemente estaba sonando el timbre y llegando amigas, vecinos, parientes, que iban a verla, a contarle sus cosas, a pedirle opinión o simplemente a pasar el rato.

Y siempre había sitio para alguien más en la mesa. No fueron pocas las veces que tenía preparada comida para cuatro y al final acabábamos siendo diez. Disfrutaba estando con su familia y nos mimaba mucho. No se me olvidan ni la leche merengada que nos preparaba, ni la 'tarta inglesa' que compraba para merendar (qué rica, madre mía!), ni los desayunos de domingo a base de pan calentito migado en aceite. Eso sí, nunca compartí su afición a las infusiones (cómo le gustaba un yerbajo).

Foto de una sobremesa que ella habría disfrutado muchísimo

Era peluquera y costurera. Y una mujer muy muy culta. Siempre estaba oyendo noticias e interesándose por todo lo que pasaba, en especial en el ámbito político. En mi familia paterna siempre se ha hablado mucho de política y daba gusto oir las charlas de sobremesa de los mayores mientras tomaban café y dulces, aunque yo no comprendía ni la mitad.

Siendo pequeña oí nosequé del Valle de los Caídos en la radio y le pregunté a mi abuela qué era eso. Me explicó quién lo había construído, cómo, porqué y para qué se usaba en ese momento. Y añadió: "si mi vida dependiera de pisar ese lugar, prefiero morirme". Ese comentario me sorprendió y ella, al darse cuenta, añadió "únicamente iría si de ello dependiera la vida de uno de vosotros". Y me escandalicé aún más.

Estos días no paro de pensar qué opinaría mi abuela de la reubicación del dictador. Sospecho que le parecería bien que saquen de ahí al individuo, pero seguro que también piensa que han esperado demasiado para hacerlo y que ojalá las familias de todos los allí enterrados tengan la misma suerte que la familia del exhumado y se puedan llevar a sus parientes, dedicarles misas e incluso celebrar actos de culto usando banderas que ensalzan la dictadura española. Manda huevos (o huevo, en este caso).

En fin. Que viva mi abuela Antonia!

9.5.19

Quejicas

Estos días no hago más que oir (leer) a gente quejica por todas partes y, en un ejercicio de fabulosa incoherencia, voy a quejarme de ellos.

Me gusta que seamos exigentes y que reivindiquemos, pero se nos va la pinza muchas veces, ya que perdemos en la mayoría de ocasiones algo tan importante como la coherencia.

Voy a centrar mi crítica en quejas sobre asuntos banales: cine y televisión.

Muy a mi pesar (y al pesar de muchos fans) la saga Vengadores ha llegado a su fin. Tras el batallón de spoilers, llegaron las quejas. Que si errores de guión, que si incoherencias en los hechos, que si inexactitudes en la aplicación de la física cuántica...




A ver, que estamos hablando de gente que viaja por la galaxia, que vuela con trajes metálicos, que tiene a un dios entre sus filas y ¿te extraña que apliquen la física cuántica a su manera? ¡Pues claro! Es ficción y son superhéroes, no es un estudio de Stephen Hawking.

Y por otro lado tenemos a los tiquismiquis de Juego de tronos.

Entiendo que es un gazapazo terrible que los miles de profesionales que trabajan en la serie se dejaran en primer plano un vaso de plástico y se viera en una escena del capítulo 8.4. Pero los linchamientos de algunos por este tema resultan sorprendentes (supongo que quienes lo critican se equivocan poco en sus trabajos).



Comentemos nuestras teorías, quejémonos de los giros que están dando los personajes, protestemos por los que están matando y teoricemos sobre los pros y contras que X o Y se queden con el trono de hierro. Pero no vayamos de expertos en iluminación, doblaje, escenografía, maquillaje y efectos especiales, anda. Divirtámonos.

Y por no hablar de algo tan radicalmente opuesto y controvertido como Supervivientes y la Pantoja. A ver, si le pagan pastizal es porque la gente la quiere ver entre cocoteros. Hace bien la mujer en aprovechar la ocasión y trabajar en la tele. Dejemos vivir y que cada uno vea lo que quiera, no?

En fin. Que viva la libertad de queja!!

6.5.19

Adomuka

Quien me conoce en persona sabe que el ejercício físico no es lo mío. Mi agilidad y mi habilidad son, cuanto menos, justitas (por no decir inexistentes). Por eso me sorprendo a mí misma cuando voy a clases de yoga y, oh my God!, me salen las posturas!



Todas no, no voy a fliparme. Pero sí muchas.

Comencé a ir a clases de yoga por recomendación de mi espaldóloga, a la que hago todo el caso del mundo, que pa' eso me calma los lumbagos y las migrañas. Y, contra todo pronóstico, ¡me gustó!

- Qué me gusta del yoga.-




Confieso que soy bastante poco espiritual y que durante la meditación me pongo a darle vueltas a cualquier cosa banal, pero cada vez lo disfruto más.

Empecé casi sin poder doblarme y noto que solo yendo un día a la semana ya tengo la elasticidad más trabajada. Cada persona va a su ritmo, probablemente eso sea lo que más me gusta. El objetivo es que hagamos las posturas y controlemos la respiración, no hay que ganar nada, ni meter goles, ni subir la pierna más que nadie. La pierna la subes hasta donde puedes y cada día podrás un poco más. La única presión es la que te quieras poner (y ya te digo yo que me pongo poca, que pá sufrir siempre hay tiempo).

Otra cosa que me encanta (que supongo que pasa con todos los deportes/disciplinas/hobbies) es notar mi evolución y darme cuenta que cada vez hago mejor las torsiones o que apenas me cuesta controlar la respiración en la mayoría de las posturas.

Lo mal que me salen los saludos al sol (y la tirria que les tengo) ya lo comentamos otro día :P


- Consejos para torpes.-




  1. No te fijes en las personas que tienes alrededor, que con toda seguridad serán más ágiles, jóvenes y elásticas que tú.
  2. Encuentra tu camino cuando no te salga una postura. Si no te sale el maldito saltito para juntar las manos con los pies en el saludo al sol pues da dos pasitos. No estás en una competición.
  3. Usa los bloques. Cuando tengas que hacer nosequé estiramiento y no llegues con la mano al suelo, pilla uno de los bloques (como el celeste de la anterior foto) para que te ayude. Ya llegarás, sin dramas.
  4. Si eres de las que le duelen las rodillas por apoyarlas mucho en una práctica, usa un cojín, que eso no te amargue el rato.
  5. Llévate una toallica para el sudor que a lo tonto a lo tonto sudas lo más grande. Y suénate antes la nariz, que si a tu profe le gustan tanto los ejercicios de respiración como a la mía, lo necesitarás.




Todas las imágenes del post son de la yogui estadounidense Jessamyn Stanley. Me gustan mucho sus vídeos, hace rutinas aptas para todos los públicos y tiene fotos muy chulas de sus prácticas. Además, es un claro ejemplo de que no hace falta ser esbelta y estar perfectamente depilada para practicar yoga. Las gordas también somos elásticas ;) 

En fin. Que vivan los chakras!!

(Imágenes del tumblr de Jessamyn: enlace)
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