Una cosa que nos gusta mucho en casa son los refranes. Decimos muchos, tenemos uno para cada ocasión. Pero refranes de los buenos, los que reunen mucha sabiduría en pocas palabras, nada de filosofía barata del palo "a quien madruga Dios le ayuda" o "no por mucho madrugar amanece más temprano" (qué manía con madrugar!).
Aquí os pongo mis favoritos:
1. Salí tan diestra que daba lecciones a mi maestra: me lo dijo el otro día mi madre cuando le mandé una foto de una florecilla hecha con piel de tomate, algo que ella me enseñó estas navidades :)
Aquí os pongo mis favoritos:
1. Salí tan diestra que daba lecciones a mi maestra: me lo dijo el otro día mi madre cuando le mandé una foto de una florecilla hecha con piel de tomate, algo que ella me enseñó estas navidades :)
2. Donde fueres, haz lo que vieres: un consejo de mi padre cuando me vine a Barcelona, el cual he seguido y no me ha ido nada mal.
3. Sabe más el diablo por viejo que por diablo: recuerdo la 1ª vez que me lo dijo mi padre. Estábamos en el garaje de nuestra antigua casa y me explicó algo que le pregunté. Le dije "papá, cuánto sabes!!" y me respondió con este refrán. Mientras más vieja soy, más le doy la razón.
4. Candil de la calle, tizón de la casa: cuando saco el carácter siempre me dicen esto, en plan "muy agradable la niña, pero en casa saca el genio".
5. Mientras más me agacho, más se me ve el culo: este es genial. Aunque parezca algo chabacano, es cierto como la vida misma. Con algunas personas, por más que haces algo por ellas, más tirada te dejan.
6. No siento que enfermó sino los mimitos que le quedó: la gripe a 2 bandas que os conté que sufrimos hace unas semanas fue reflejo fiel de este refrán. Cuando se fue el virus, aún nos quedaron ganas de sofá, manta, sopita y mimos durante varios días.
7. Como te veo me vi y como me ves te verás: típico de mi madre y también muy fiel a la realidad. Es curioso vivir situaciones que te han contado tus padres, que antes no entendías y que ahora las ves de lo más normal (y te sientes viejuna, la verdad).
8. Según te veo el hato, así te trato: me lo dijeron hace un par de semanas cuando les conté que me había comprado unos pantalones ceñidos "normales" para jubilar mis pantalones "cagaos" a los que tanto cariño les he cogido últimamente. En el fondo, por desgracia, tienen razón.
En fin. Que vivan mis padres!!.
